Emilio era un agente secreto,
alto, moreno de piel, ojos oscuros y pelo corto. Vestía de color amarillo, era
amable y simpático. A su lado estaba Guillermo, su compañero, otro agente
secreto. Era mediano, moreno de piel, pelo rizado, un poco mandón pero
simpático y vestía de rojo. Estaban allí porque la profesora Claudia, rubia,
con un pelo liso y largo, lista, amable y graciosa, que vestía a la última,
había dicho que el ladrón Héctor, alto, moreno, pelo corto, astuto, malo y con
ropa negra, estaba en el tren. Todos tenían quince años.
En este caso, el malvado Héctor
Cantera… ¡iba a volar el tren!
Enseguida los tres amigos fueron
a prepararse para parar a Héctor Cantera. Mientras tanto, en el tren, Héctor
estaba intentando matar al conductor para luego poder explotar el tren con toda
la gente dentro.
Los tres amigos saltaron al supercoche y se dirigieron al
tren. Cuando llegaron, se encontraron a Héctor preparando los explosivos para
volar el tren, y decidieron llamar al profesor “Losétodo” para pedirle ayuda,
pero no les respondía, así que Héctor decidió atacarles.
Los chicos se defendieron pero
Héctor fue más rápido y se apartó para que los chicos se saliesen del tren por
la puerta que habían dejado abierta. Héctor había ganado la batalla pero no la
guerra.
Ya en la estación, los niños
estaban lamentándose y echándose la culpa el uno al otro. Mientras hacían esto,
el malvado Héctor Cantera se escondía detrás de una columna, para poderlos
derrotar mejor, hasta que Emilio se cansó de tanto discutir y les dijo:
“Chicos, ya estoy cansado de tanto discutir vamos a organizarnos como un equipo
y a seguir adelante.” Los chicos se volvieron a unir y consiguieron derrotar al
malvado Héctor Cantera.
Al día siguiente los tres amigos
compraron el periódico y vieron que el malvado Héctor Cantera estaba en la
cárcel. Todos gritaron: “¡Bien!”
Después Claudia propuso ir a la
playa y todos dijeron que sí. Hicieron la maleta lo más rápido que pudieron,
cogieron el coche y se fueron. Mientras estaban bañándose se encontraron al
profesor “Losétodo”, y éste les dijo que había leído en el periódico que Héctor
Cantera ¡se había escapado de la cárcel!
Soy Pepe y el cuento mola y es gracioso
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