sábado, 23 de junio de 2012

CUÁNTO CUENTO - PEPE Y JORGE, ¡MANOS A LA OBRA! (por Pepe, Jorge R. y Manuel)




Pepe era un sabueso detective con el pelo corto y ojos verdes, solía vestir con una gabardina marrón y una gorra negra. Llevaba siempre consigo  una pipa azul oscura que usaba mucho. Tenía un joven ayudante llamado Jorge, que era fuerte, alto y un buen compañero.

            En esta ocasión, investigaban un caso que les habían mandado la Reina Andrea, de pelo largo, bastante alta y muy ágil, aunque un poco mandona, y el Rey Jorge Raboso, grande, rápido y enganchado a las máquinas. Los reyes creían que el asesino Paredes había vuelto a la ciudad de Villalejana. Paredes era malvado, bajito y muy cascarrabias.

            Un día soleado de 1996, los reyes ordenaron al detective Pepe y a su ayudante Jorge que buscaran a Paredes y lo metieran en la cárcel. Al día siguiente los detectives se pusieron a buscar a Paredes y lo encontraron en el supermercado pero cuando iban a entrar en el supermercado ¡Plas!  el asesino Paredes lanzó una bomba de humo y se escapó por la puerta trasera.

            En la siguiente ocasión encontraron al asesino Paredes en la tienda de mascotas atracando al encargado, pero en cuanto Paredes se dio cuenta de que los dos detectives: Pepe y Jorge, le estaban esperando, abrió una jaula de unos perros fieros que atacaron instantáneamente a los detectives y Paredes se escapó. Cuando los detectives consiguieron librarse de los perros ya era tarde y Paredes se había ido.

            Al día siguiente por la mañana los detectives encontraron a Paredes en la plaza de Villalejana y cuando discretamente se acercaron a Paredes, salió corriendo y los agentes lo siguieron hasta que al doblar una esquina lo perdieron.

            Ese mismo día por la tarde siguieron buscándolo y lo vieron en la tienda de petardos. Con máxima discreción, Pepe atrapó a Paredes pero, de camino a la comisaría, el asesino se libró de la cuerda que le inmovilizaba y se escapó.

            Al día siguiente estaba detrás de un puente y lo iba a explotar, pero Pepe y su ayudante lo agarraron por el cuello, le pegaron una buena zurra y se lo llevaron ante los reyes que quedaron muy agradecidos diciendo: “¡A Paredes mañana se lo llevarán y no nos volverá a molestar nunca más!” Y así fue, se llevaron a Paredes y se quedaron tranquilos.

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